Ayer estuve parada frente al mar viendo como iba y venia el agua, corría para atrás no quería que me toque, luego empecé a saltar el filo de espuma para terminar sientiéndola en las rodillas. El sol salió de entre dos nubes solo para ocultarse otra vez, me saludó y se volvió a esconder, pero esos minutos bastaron para volver a sentir vida.
De repente tuve la extraña sensación de querer sentir la espuma en mi cabeza, quería tomar el impulso de perderme eternamente en el agua, irme con la corriente solo para ver que pasa y esperar el momento de tener el mismo sentimiento de dar la vuelta y querer volver a poner los pies sobre la tierra.
Pero el miedo me retiene y me hace pensar que existe la posiblidad de no querer regresar, mis pies se quedan inmóviles y me aferro a la arena, quizás es ese mismo miedo que me impulsa a perderme... quizás es momento de dar la vuelta, caminar y dejar esos miedos en el mar.