autoyuda para la autodestrucción

No sé si será un mal común de la humanidad, de la gente que me rodea, o de mi, la necesidad de hacerse daño a uno mismo disfrazándolo de placer: hoy me voy a fumar todos los cigarrillos del mundo porque es lo que me tranquiliza, hoy me voy a emborrachar hasta dejar de sentir, hoy voy a comer hasta reventar porque eso calma mi ansiedad.

No voy a negar que son momentos que existen y van a existir en la mayoría de las personas, no voy a apropiarme de estas costumbres como si las hubiera inventado, solo necesito saber cada cuanto es normal hacerlas sin que se conviertan en un estilo de vida.

Todos los días lunes me levanto predispuesta a superar el fin de semana, mejores pensamientos, mejor alimentación, menos cigarrillos y realmente llego a pensar que voy por buen camino. Hasta que llega el momento de tener la necesidad de hacerme mal, una vez más.

Invento amuletos para pensar que las cosas van a cambiar, pulseritas, piedras, cuarzos. Leo mails de autoayuda que envían mis amigos, según ellos les ha cambiado la vida, lo mismo con los blogs de escritores, los cuales los considero moda, ya que lo poco que he leído me suena a lo mismo de siempre solo que en otro contexto.

Todavía no he investigado ni la cuarta parte de todo este mundo “autoayudístico”. Creo mucho en el poder del ser humano, en la fuerza de voluntad y sobre todo en estar rodeada de buena energía y que la energía que tu brindes el mundo te la regresará. No siempre sucede, no siempre se recibe lo mismo que uno da, no siempre se está rodeada de buena energía y no siempre cuentas con la gente que necesitas contar, es ahí cuando te cansas y vas en busca de ese placer mentiroso.

Creo que la próxima vez solo voy a cerrar los ojos y voy a imaginar que las cosas marchan bien, que todo mejorará, después de todo mi vida no va mal, solo me falta la mitad, espero en un futuro no tener que volver a escribir este tipo de cosas porque citando al Caden de Charlie Kaufman,”me di cuenta de que nadie quiere saber de mi miseria, ya que cada uno tiene la suya” o algo por el estilo.

2 comentarios:

  1. Me identifico je je , yo algunas veces al año voy a terapias especificas la penultima fue Las Constelaciones Familiares, y su efecto fue que deje de usar antisicoticos despues de 6 años de no poder dejarlos, y la segunda en este Enero fue la Reconeccion que me quito el miedo que impedia que saliera de la casa al finalizar la segunda y ultima sesion, a tal punto que sali y me fui a Loja en carro.

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