meu pai


Cuando era chica mi papá nos regaló a cada uno un cuadro de Quino, el de mi hermano hablaba de como un hijo veía a su padre con el pasar de los años, la admiración, el respeto, la identificación, la igualdad, hasta llegar a la condescendencia (no sé si será la palabra correcta). 
El cuadro siempre me sirvió como referencia para analizar en que estado estoy en mi vida con respecto a mi padre, no sé hasta que punto me ha servido! que creo que he estado hace años encasillada en la admiración hasta el respeto, con algo de identificación, nada de igualdad y ni hablar de la condescendencia en todo caso hasta que eso llegue seguiré riéndome del cuadro de Quino.

me pregunto yo

la gente me pregunta cuando daré el siguiente paso (mas bien el primero) pero yo siempre me pregunto quien me cargará en el momento de darlo.

cuando Guayaquil era chiquitito

- No se usaba cinturón de seguridad
- La gente viajaba de ciudad a ciudad y por ella en el balde de la camioneta con colchones y demás y se veía feliz
- Solo el más aniñado usaba aire acondicionado en el carro
- Ir al Mercado Sur era un reto total, caminar sin vomitar
- Ir al malecón y al cerro no era buen plan
- Las compras de navidad las hacíamos en el centro y era todo un evento ir al Policentro, solo para los regalos pepa
- En las fiestas navideñas había un árbol gigante de luces que colgaba desde PYCCA y yo pensaba que era muy parecido a lo que habia visto de Nueva York en la películas
- Mi papá nos llevaba a Portete a ver las casas con luces de navidad y en esa época no le importaba mucho si alentaba al derroche de energía
- Cuando alguien se fugaba del colegio (vía Samborondón) no había a donde ir y siempre los agarraban en media pampa, menos mal en esa época no tenía sueños de fuga
- Ir a visitar el terreno que había comprado mi papá en Samborondón y tomar un helado Top Cream de regreso era el viaje familiar de los domingos mientras yo musicalizaba el momento tocando la bendita flauta
- Andábamos en patines por toda Urdesa y cuando nos cansábamos agarrábamos la furgoruta de regreso a casa (salía solo 500 sucres!)
- Me encantaba caminar por el centro con mi papá agarrada de la mano sin importar que cada esquina oliera a pipí

Y así varias cosas más que iré recordando y anotando, ahora miro por las ventanas de mi casa todos los días y veo a Guayaquil como lo veía años atrás cuando venía de vacaciones a la casa de mi abuela, lo veo como una escena de Los Inútiles y pienso que vivo en una ciudad surreal.